En este apartado se verá con mayor detalle cada uno de estos momentos claves en la conformación de la institucionalidad de la CSM y su planificación estratégica:
En la II CSM, realizada en la ciudad de Santiago de Chile en 2001, los Estados definieron a la Conferencia como “un foro permanente de coordinación y desarrollo de políticas regionales, cuyo objetivo principal es el tratamiento integral de la temática migratoria” (CSM, 2001). Para cumplir con esta meta, los Estados, reunidos en la III CSM, realizada en la ciudad de Quito, en 2002, aprobaron el “Plan de Acción sobre Migraciones Internacionales en América del Sur”. Este Plan incluyó cinco objetivos principales: definir y coordinar estrategias y programas regionales en el ámbito migratorio, focalizando en cuestiones como la promoción de los derechos humanos de las personas migrantes y sus familias y en su integración en las sociedades de destino, el desarrollo y consolidación de un observatorio suramericano de las migraciones (OSUMI), la coordinación y armonización de sistemas de información sobre migraciones, así como de las administraciones migratorias y de la legislación migratoria (CSM, 2002).
En 2010, los gobiernos reconocieron el carácter dinámico de la migración regional y acordaron adaptar la visión de la CSM a la nueva realidad migratoria. Así, en la X Conferencia, realizada en el Estado Plurinacional de Bolivia, los gobiernos aprobaron dos instrumentos de gran relevancia para la Conferencia y para Suramérica: la Declaración de Principios Migratorios y Lineamientos Generales de la CSM y el Plan Suramericano de Desarrollo Humano de las Migraciones (PSDHM). La Declaración de Principios, adoptada por los doce Estados suramericanos, permitió conglomerar lo consensuado por los gobiernos en el marco de la CSM y otros foros regionales hasta la fecha y fijar una posición común que procuró expresar la visión frente las migraciones de los países suramericanos.
El PSDHM 2010 plasmó compromisos a partir del desarrollo humano de la persona migrante, la adhesión a los tratados internacionales que aseguren ese desarrollo humano, y la voluntad de construcción de una ciudadanía sudamericana (CSM, 2010, p.15). A través de él, se propusieron principios rectores, lineamientos estratégicos y programas de acción específicos para cada uno de dichos lineamientos, con plazos y actividades delimitados, en los que se incluyó la articulación con los procesos de integración de la región.
Transcurridos catorce años desde la aprobación del Plan Sudamericano de Desarrollo Humano de las Migraciones (PSDHM), en 2010, y frente a los cambios en los patrones migratorios y el surgimiento de nuevos acuerdos globales y regionales, los Estados, reunidos en la XX CSM, bajo la Presidencia Pro Tempore de Chile, se comprometieron a impulsar el proceso de su actualización, “incorporando una visión prospectiva para garantizar una migración segura, ordenada y regular”
(CSM, 2022). De allí se alcanzó, en 2024, el Plan Suramericano de Migraciones hacia la Integración 2035 (en adelante, Plan Suramericano 2035 o Plan), es una herramienta de planificación estratégica para la década 2025-2035, cuyo propósito es compartir buenas prácticas y coordinar políticas públicas que fortalezcan la gobernanza migratoria entre los países de Suramérica, como un aporte al camino de la integración regional.
Para más información sobre la mirada y el abordaje de la CSM, le proponemos consultar los siguientes documentos:
Plan de Acción sobre Migraciones Internacionales en América del Sur (Quito, 2002)
Declaración de Principios Migratorios y Lineamientos Generales de la CSM (Cochabamba, 2010)
Plan Suramericano de Migraciones hacia la Integración 2035 (Bogotá, 2024)