La Conferencia Suramericana sobre Migraciones (CSM), proceso que tuvo sus inicios por iniciativa de gobiernos sudamericanos y con la cooperación técnica de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), en Lima, en el año de 1999 a partir del "Encuentro Sudamericano sobre Migraciones, Integración y Desarrollo" , está orientada a generar y coordinar iniciativas y programas dirigidos a promover y desarrollar políticas sobre las migraciones internacionales y su relación con el desarrollo y la integración regional. Desde su inicio, la CSM se celebra anualmente en uno de los países miembro que se ofrece para ser Presidencia Pro-Témpore, actuando como sede, organizador y anfitrión del evento.
En 2009, con la Declaración de la X CSM se inicia un proceso con mayor coherencia política, que se materializa con la aprobación de la Declaración de principios y lineamientos que oficia como orientación política al accionar de los Gobiernos Suramericanos y del Plan Sudamericano de Desarrollo Humano de las Migraciones (PSDHM), que sirve como guía de acción a corto y mediano plazo y que contiene componentes en materia de fortalecimiento de la gestión migratoria, gestión fronteriza, derechos de los migrantes, información migratoria, vinculación con nacionales en el exterior y relaciones con la sociedad civil, afines con la misión de la OIM.
Las declaraciones de las últimas CSM, se han centrado fundamentalmente en avanzar en acciones del PSDHM y en consolidar una posición en las internacionales en materia de Migración y Desarrollo. En el primer caso se han efectuado una serie de talleres, seminarios y foros, sobre temas de relevancia para los Países Miembros, y en el segundo caso, se sostuvo una posición crítica a los resultados del Foro Global de Migración y Desarrollo, de acuerdo a los intereses de los países de la región y una posición a llevar al II Dialogo de Alto Nivel de la Naciones Unidas sobre Migración y Desarrollo, que se expresó, en la Declaración de Buenos Aires (2014), que centra su posición en la atención y protección de las personas migrantes en situación de vulnerabilidad; el reconocimiento de las personas migrantes como sujetos de derecho; en el reconocimiento al aporte positivo de los migrantes y sus familias al desarrollo en su dimensión social, económica, intercultural, educativa, científica, y en el reconocimiento de los procesos de integración y cooperación entre los países.